Me aterra tener un novio policía
Amanece nublado. No dan ganas de levantarse. Si no fuese por las obligaciones, las deudas y los gatos, podría seguir eternamente refugiada en esta espiral comfortable en que se han convertido mis cobijas enredadas. Es la segunda vez que suena la alarma. Por más que intento tomar fuerzas, no me sale ni pararme. La última vez que lo vi, dijo que tenía una misión especial. Anunció su traslado, iba con algo de miedo pero también, con esa sonrisa que le caracteriza. Cuando lo conocí, tenía la mejor actitud ante la peor tragedia. Bromeaba de los problemas ordinarios, se reía de los días miserables y bromeaba el doble sobre los días abundantes. Con dichos y buena actitud, hablaba sobre el valor de la valentía. Decía que todos los que resistimos somos doblemente dignos que los miserables que salen a aterrar gente a las calles. Ese día le pedí que no fuera. Le rogué que se quedara a dormir, que renunciara. Le conté que además de mi rutina de 8 a 3, tengo talentos haciendo hamburguesas, él...
💜
ResponderEliminar